sábado, 31 de julio de 2021

Qué debo hacer si...?

 Siento la irrefrenable necesidad de lanzar piedras contra mi propio tejado.

Sé que no me favorece y que, poner tan de relieve mis carencias, defectos y discapacidades solo me puede traer problemas, pero no consigo hacer nada, estoy atascada con el cerebro en modo centrifugadora, que revuelve todo, no me permite pensar con claridad, solo cazo cosas al azar y casualmente lo que más claro tengo es lo que no soy, lo que no puedo y lo que no tengo (una joyita oiga! Y es que no se puede vender la burra si se habla mal de ella...). 

No te sabría describir en qué punto está mi pareja; Después de 16 años se resiente todo y me siento apoyada, pero la pasión salió corriendo en cuanto llegaron los problemas de salud, MIS problemas de salud.

Las inseguridades me llevan a alejarlo todo, a pesar de que trato de sobreponerme, cuando entro en piloto automático siempre aparezco en las mismas ideas, tengo que luchar activamente para cambiarlas y estoy cansada, a veces no me acuerdo, a veces creo que es lo que debe ser... No lo sé.

Volveré. No sé cuando. No me esperes despierta.

Besos y mordiscos,

Calpurnia Y.



jueves, 1 de febrero de 2018

Mi peor enemigo vive entre mis dos orejas

Siempre había creído que uno de mis mayores temores era a la soledad, pero estaba equivocada. Me siento cómoda sola y tiendo a buscarla por múltiples motivos... Últimamente tanto, que me resulta extraño estar con gente, pero este es otro tema.
Hoy una persona me iba buscando para que le ayudase con algo, realmente me gusta ayudar, pero me doy cuenta que cada vez el tiempo y energía que empleo me es más preciado, me cuesta mucho anímicamente gastar esos recursos para los demás, porque no tengo suficiente energía para hacer eso que me piden y mi vida normal, o algo que me apetezca hacer de verdad, por hablar claro. Iba dándole vueltas al asunto y en un momento de lucidez, de esos a los que ya no estoy acostumbrada, he reparado en que mi problema es el miedo al olvido, a que me olviden, a no ser necesaria, por eso siempre me ha resultado difícil/ imposible decir "no". 
Soy consciente desde hace tiempo de que tengo un problema con decir "no", porque "si dices no eres mala" y todas esas sandeces que me dice mi cabeza para coartarme cuando me auto-convenzo de que debo decir "no" y finalmente, pocas o ninguna vez termino diciéndolo, así que me meto en jardines que no quiero "regar", o donde las "flores" no merecen los cuidados... porque sí, mi peor enemigo vive entre mis dos orejas.
Me gusta ayudar como decía, y suelo estar dispuesta a calentarme la cabeza por asuntos de los demás, aunque me requiere un esfuerzo que a veces no mido antes de ofrecerme y me termine reportando problemas personales, de gestión del tiempo y de energía, sobretodo; Eso si cumplo los plazos que yo misma me impongo, porque ahora me viene a la cabeza al menos una cosa importante, que he dejado a medio hacer por intentar abarcar más de lo que soy capaz de terminar en mi estado físico y anímico. 

Por otro lado, siempre he intentado ser lo más independiente posible. Trato de apañarme y no pedir ayuda, salvo que no tenga forma humana de hacer algo sola, nunca sin haberlo intentado antes, y el abanico de posibles personas a las que se la pediría es muy reducido.

No suelo tomar determinaciones a la ligera y mucho menos ponerlas por escrito, porque odio ser infiel a mis decisiones, pero algún día tiene que ser el primero y debo empezar a decir "no", salvo casos de vida o muerte y me han llamado para pocos de esos... 
Diré "no" cuando no me apetezca hacer algo (no me guste, no me interese...), cuando crea que esa persona lo puede hacer sola si se lo propone, cuando quien me lo pida no lo merezca (bajo mi punto de vista) o simplemente, si tengo algo mejor en lo que emplear mi energía, y cuando lo que me pidan esté fuera de mi alcance (he tenido que aprender a hacer cosas que no sabía para ayudar a gente, entiendo que si yo no sabía, esa misma persona podía haber aprendido).
Debo dejar de preocuparme de que no cuenten conmigo por no ayudar a alguien, y rechazar la idea de que seré mala si no acepto.
Asumiré, que puede que me convierta en non grata por dejar de hacer cosas que en otro tiempo hice, que hay gente a la que es posible que no vuelva a ver después de negarme, que no le importo a esa gente y que soy prescindible, como otra mucha gente lo es para mi. 

Si noto cambios relevantes los dejaré por aquí (actualización con nuevas impresiones tras la imagen del final). Estoy segura que aunque sea tedioso, a la larga me reportará cosas buenas, relaciones más auténticas, solo por eso ya merece la pena intentarlo.

Besos y mordiscos,
Calpurnia Yelps



Actualización 13 Mayo 2018:

Hoy he dicho un no velado, no es el primero en este tiempo, pero estoy por aquí trasteando y quería que los cambios quedasen reflejados, realmente ha sido un sí con condiciones, que sabía que iban a rechazar, pero creo que es el inicio de mi amor propio, que por algún sitio asoma, así que definitivamente no puede ser todo malo.
Le he dicho a la persona que me pedía y pedía cosas para que le hiciera que, se lo podía hacer, pero no sabía cuándo, porque no tengo ganas ni de hacer mis cosas y no quiero presiones de ningún tipo, no sé si iba a estar para éste verano o para el siguiente... hacerse se haría, no falto a mi palabra, pero sin presiones... y ya no ha visto tan fantástico que aceptase hacerle todo lo que quería, ha buscado un plan b. Seguramente he perdido puntos, pero no sirve de nada engañar a esa persona, ni obligarme yo.

Seguiremos informando de los avances.

Besos y Mordiscos,
Calpurnia Yelps





domingo, 15 de mayo de 2016

Las cosas por su nombre.

Me forzaron sexualmente. Soy una mujer fuerte y con carácter, podría parecer que eso solo les ocurre a mujeres frágiles o débiles, pero ninguna estamos libres de que puedan abusar de nosotras o nos obliguen a hacer cosas que no queremos, y eso es un abuso y de haber penetración, una violación. Tenemos metido en la cabeza que violación es cuando un hombre sale de la nada y te obliga, con violencia y bajo amenazas, a hacer contigo lo que quiera, pero en cuanto te obligan en contra de tu voluntad, es una violación, la cometa quien la cometa.
Cuando tenía 15 ó 16 años (tengo 32) me ocurrió que iba de fiesta con mi club deportivo, que era mixto (aunque solo éramos 2 chicas) y de diferentes edades, yo era la pequeña. Hacíamos cenas del club regularmente y luego salíamos un rato; Como mi madre los conocía a todos del barrio, no tenía inconveniente en que fuera. Nos llevábamos todos muy bien y había mucho respeto, estaba siempre muy cómoda y protegida por ser la menor, eran como mis hermanos mayores, así lo sentía.
A mi me gustaba mucho uno de los chicos de mi edad, parecía que yo también le gustaba y nos pasamos la noche hablando sin intentar más, muy bonito, tonteando como críos que éramos. 
En un momento de la noche, otro de los chicos me dijo que lo acompañase a por un suéter porque tenía frío, le dije que lo acompañase otro, pero no quiso, así que le dije que fuésemos muy rápido. En el camino hablamos del chico que me gustaba, le dije que estaba muy a gusto con él y que me gustaría que llegásemos a salir. Al llegar al coche se sentó en el asiento de atrás (el coche era de otro compañero del club), me dijo que entrase porque quería contarme algo, yo iba bastante bebida y fui tan tonta que le creí y entré... cuando cerró la puerta se me echó encima y se sacó el pene, yo no paraba de empujarlo, de decirle que no quería nada con él, que nos fuésemos, que no quería eso, pero me dijo que le iba a contar a todo el mundo si no le ayudaba a correrse y, llorando ya, le masturbé con la mano. Cuando salimos del coche resultó que lo sabían todos, porque al tardar en volver, vinieron el dueño del coche y el chico que me gustaba a ver si estábamos bien y nos vieron en el asiento de atrás. Esa había sido mi primera experiencia sexual.
Cuando me dejaron en casa de madrugada, estuve mucho tiempo llorando en el patio sin subir a casa, no sabía gestionarlo, sabía que no había querido hacerlo, pero lo hice y no salí corriendo, debía haberle pegado, salir de allí y contárselo a todos, pero no lo hice y eso me hacía sentir culpable y sucia. 
A los días, reuní toda la dignidad que pude y acompañada por mi mejor amiga, fuimos a hablar con el abusador a su casa, que era la finca de enfrente de la de mis padres, le dije que había sido un cerdo y me había obligado y amenazado, lo reconoció, me pidió perdón (que no me servía ya de nada) y me dijo que el otro chico se había ilusionado conmigo y de no ser por lo que hizo éste, habría querido algo serio conmigo y que lo hizo por celos o no sé, pero así me quedé, con mi culpa, con el "San Benito" y sin posibilidad de tener nada con el chico que me gustaba (esto me hacía sentir todavía más culpable e idiota). 
No lo había escrito antes y, si lo conté, creo que solo mi mejor amiga me creyó.
Aún en la última reunión el club que hicimos, alguien me mencionó el tema y le dije que no fue de mutuo acuerdo, que me forzó, pero no me creyeron, me preguntaron porqué no lo dije en ése momento si fue así y no supe qué contestar.
Mucho tiempo lo tuve bloqueado, no quería nada que me lo pudiera recordar y si lo recordaba me hacía sentir sucia y culpable, igual que ésa noche, pero hoy he tomado una decisión.
No voy a sentirme culpable y no soy yo quien debe avergonzarse. Si se volviese a presentar la ocasión, voy a defender mi honor, que ya son años martirizándome y a las cosas hay que llamarlas por su nombre. #MeToo #TimesUp

Besos y mordiscos,
Calpurnia Yelps


lunes, 28 de marzo de 2016

El último robo

Hoy fui a un responso. La señora que me cuidó de pequeña perdió a uno de sus tres hijos por un cáncer.
Incluso en aquella triste tesitura me dijo "mi chica, mi chica", me hizo sentir especial y contó anécdotas de mi infancia a los que estábamos alrededor, a su hijo le tocaba bajar a por Chupachups para cuando yo despertase... Como una reina me tenían, por eso mi madre confiaba tanto en ella y en sus hijos, que me vigilaban como si fuera a escapar de la cuna ubicada debajo de la tv, "porque la niña 'cabrita' se dormía con el ruido".
Mientras he ido creciendo ella siempre ha estado cerca, sonriendo con su cara sonrosada y sus ojos claros, haciendo notorio cuando me acercaba a donde estuviera, que iba a ser más alta que ella y que me conocía "desde que era así" (y hacía señas con las manos) y me había tenido en brazos muchísimas veces... 


Los padres no tienen que sobrevivir a sus hijos, eso es anti-natura y por definición, un robo.


Besos y mordiscos,
Calpurnia Yelps.

miércoles, 3 de junio de 2015

Cucharas para vivir

En algún momento, cualquier persona con una enfermedad crónica degenerativa y/o invisible, va a darse de cara con la Teoría de las cucharas. Yo no fui menos.

Esta teoría de Christine Miserandino, una afectada por Lupus de Estados Unidos, ha sido muy recurrida desde que la utilizase para explicarle a su mejor amiga lo que significaba vivir con esa enfermedad. Las decisiones que hay que tomar a diario, por banales que sean, para poder vivir sin tener que pasar el día durmiendo.

La idea es, que los pacientes que viven con una enfermedad crónica tienen solo un pequeño número de cucharas para usar cada día. Como resultado de esto, deben elegir cuidadosamente cómo gastan su energía, ya que cada tarea o esfuerzo les cuesta una cuchara, Si utilizan todas sus cucharas muy pronto, eso es todo lo que pueden hacer ese día. El cajón de las cucharas queda vacío. 
Aquí podéis leerla completa, es muy reveladora para quien convive o trata con gente con enfermedades crónicas invalidantes de distinta índole. 

A los que paséis por aquí y lo leáis con distancia, os envidio. La primera vez que lo encontré, por casualidad (como casi toda la información sobre mi afección, SED), se me saltaron unas lagrimas como puños. En ése momento aún no lo vivía así, tenía bastante autonomía (al menos comparado con ahora), pero solo pensar en lo que se iba a convertir, me dió miedo y por otro lado no me lo quise creer. 
Lo malo de éstas cosas es, que con el tiempo se comprenden de una forma tan cruda, que duele tanto o más que la propia enfermedad. 
En mi caso, empeoré mucho en un corto período de tiempo, y ha sido difícil darme cuenta de que esto no le estaba pasando al vecino, pensaba que aceptarlo era rendirme, pero ya sé que no me voy a curar, así que solo me queda intentar estar lo mejor que pueda, el mayor tiempo posible.
La mayoría de la gente que me rodea no sabe ni qué enfermedad tengo, muchos pensarán que es cuento, porque por fuera no parezco enferma, otros saben lo que les cuento (que no es mucho, ni a muchos) y de normal lo vive mi chico, mi madre, mi físio, y por encima, alguna de mis amigas. 

Vivir con dolor es una mierda, la medicación atonta los sentidos y te roba las palabras que vas a decir, agota, irrita, enfurece, condiciona hasta la ropa que te pones. Hay días que necesito dormir 14 horas para vivir "dignamente" las otras 10. Es salir a pasear tranquilamente y llorar de dolor y rabia al llegar a casa, porque no eres capaz ni de desvestirte sin ayuda. No pretendo dar pena, porque me la suda categóricamente la opinión de los demás si no tienen nada constructivo que aportar, pero al que tenga algo que criticar, o a lo que restar importancia, le cambio mis zapatos un solo día, solo uno le sería suficiente para hablar con propiedad de una enfermedad que te roba la independencia y te la cambia por dolor.

Siempre he pensado que sobreviviría a un holocausto zombie, y hoy soy consciente de que sería de las primeras en caer. Es muy duro aceptar eso.

Besos y mordiscos,
Calpurnia Yelps


Tengo bastante con vivir